LA CERTIFICACIÓN EN ARQUEOLOGÍA FORENSE (DLArF):
Misión
La certificación es parte de la misión del Directorio Latinoamericano de Arqueología Forense (DLArF) como mecanismo derivado de la Asociación Latinoamericana de Antropología Forense (ALAF) para difundir los estándares internacionales y recomendaciones de mejores prácticas de la arqueología para la búsqueda, preservación y recuperación de evidencias y restos humanos en investigaciones forenses, promoviendo su uso por peritos en casos penales y civiles.
Como antecedente a este proceso, desde hace una década, ALAF lleva adelante la certificación en antropología forense a través del Directorio Latinoamericano de Antropología Forense (DLAF). La arqueología forense en Latinoamérica tiene un contexto y trayectoria especialmente representada, a diferencia de otras regiones; en la formación de muchos antropólogos forenses abocados a la búsqueda y recuperación de víctimas de violencia política y violaciones a los derechos humanos en Latinoamérica. Este proceso de certificación aporta a la representación de este enfoque en la Asociación.
Visión
El DLArF fortalecerá la arqueológica forense en la región asegurando, mediante la certificación, la aplicación de los estándares y mejores prácticas en el campo de la arqueología forense para garantizar el derecho a la verdad, el acceso a la justicia y debido proceso. El DLArF impulsará un marco institucional y social donde la comprensión de secuencias de eventos, interpretación de hallazgos y pruebas forenses sean criterios orientadores de las resoluciones judiciales. La Certificación (Cert-DLArF) está basada en la educación, experiencia y trayectoria de los candidatos, así como en la aprobación de un riguroso examen teórico-práctico.
Por tanto, los Cert-DLAF, no sólo deberán demostrar su competencia en el área sino también su adhesión a lineamientos de buenas prácticas imprescindibles en la aplicación de la Arqueología Forense.
Definiciones
La Asociación Latinoamericana de Antropología Forense (ALAF) define arqueología forense como la aplicación de “las teorías, métodos y técnicas de la arqueología dentro de un escenario legal. Su objetivo es buscar, documentar, recuperar cuerpos y evidencia asociada y dar interpretaciones a las condiciones en las que dichas evidencias fueron depositadas” (GLAF, 2013: 37).
Los arqueólogos forenses están involucrados en la investigación preliminar forense (contexto, lugar y fecha del hallazgo, circunstancias, testimonios, etc.) así como en la búsqueda, localización, excavación y colecta de informaciones contextuales para la comprensión de la secuencia de eventos para la reconstrucción de hechos pasados vía sus las manifestaciones materiales con fines judiciales y humanitarios. Aunque en la gran mayoría, la arqueología forense se aplica a sitios de entierro, su trabajo no se limita entierros o sitios con restos humanos, sino se puede aplicar a una amplia variedad de sitios de interés forense y a la comprensión de la secuencia de eventos que se investiga.
Como proceso destructivo, único e irrepetible, es vital que las y los expertos en arqueología forense tengan los conocimientos necesarios para un abordaje sistemático del contexto, y para la documentación e interpretación científica de todos los hallazgos mediante un abordaje multidisciplinario con aportes de la geología, la botánica, la topografía, la historia, la antropología social, etc.
El temario abordado involucra: investigación forense preliminar; búsqueda de sitios de entierro u otros sitios de interés; planificación, logística; conocimiento de metodologías de arqueología de campo; estrategia técnica de abordaje de caso; osteología básica y evidencias no óseas; documentación; trazabilidad; Interpretación de hallazgos; informe, manejo de/interacción con familiares, autoridades, logística, medios de comunicación; conocimiento de Guías y Protocolos; son algunos de los temas a resaltar.